martes, 17 de abril de 2018

VOTOS LEALTADES - ACUERDOS O CONTRATOS KÁRMICOS O FAMILIARES - Parte 2 de 3 - SC

VOTOS LEALTADES  -   ACUERDOS O CONTRATOS KÁRMICOS O FAMILIARES




Un voto es una responsabilidad u obligación que contraemos con nosotros mismos. Los votos más conocidos son tal vez los que hacen los monjes de algunas órdenes religiosas, como: el voto de pobreza, el voto de castidad, el voto de silencio. 


Pero también hacemos votos y, la mayoría de ellos son inconscientes

No tenemos ni idea de que los hemos hecho y, sin embargo, están vivos en nuestra sombra decidiendo nuestra vida.





Los votos de lealtad inconscientes son muy peligrosos ya que gobiernan el curso de nuestra historia. Encuentran anclaje en nuestras vidas y se convierten en nuestros cimientos. Y comenzamos a construir nuestra vida y nuestra identidad desde esos cimientos, limitando nuestra experiencia y nuestra realidad, viviendo la vida de otras personas -incluso aunque ya no estén acá.
Mientras que los votos que toman los monjes los preparan para vivir con éxito la vida que desean tener, nuestros votos inconscientes nos preparan para fallar.


Comenzamos a tomar votos de lealtad en la infancia, cuando todavía somos pequeños e inocentes. Por lo general, los hacemos en relación a las personas que más queremos, como nuestro papá, nuestra mamá o la persona que nos cuida. Hacemos un voto de lealtad cuando tenemos miedo a herirles o cuando no queremos que algo vuelva a hacernos daño


Como somos inocentes y queremos el amor de nuestra familia, decidimos ser leales, seguir perteneciendo al clan.





Una de las necesidades del ser humano es la de pertenecer y ser aceptado.


Otros votos de lealtad tienen que ver con no sobresalir demasiado para que alguien en nuestra vida no se sienta menos. Si somos más inteligentes que nuestro hermano, tal vez decidamos mostrar que no lo somos tanto. Decidimos hacernos pequeños para que él no se sienta mal, o incluso para evitar los celos, la envidia o un castigo. Somos leales a la persona que NO  ha encontrado su brillo propio, reforzando su debilidad, perpetuando el ciclo en el que está. Y dejamos de ser leales a nosotras mismos. Es una situación en la que ambas partes pierden.




Hay votos que tienen que ver directamente con la prosperidad. Muchas personas han nacido en hogares en los que la riqueza y las personas ricas eran consideradas egoístas, viciosas, corruptas. Aprendemos de nuestra familia y ambiente a juzgar a esas personas y a juzgar lo que tenían. Muchas mujeres no pueden prosperar porque este voto de lealtad está activo en su psique. Cada vez que prosperan necesitan deshacerse del dinero, gastarlo rápido o hacer una mala inversión para perderlo. Con la finalidad de no dañar a su familia.



 Desean seguir perteneciendo, formar parte de su clan. Saben que si se hacen ricas entrarán a formar parte de las personas corruptas y serán juzgadas automáticamente por su familia.




“¿Quién soy?”, la pregunta que se responde dialogando

Somos esponjas de creencias y expectativas, lo cual juega en nuestra contra cuando estos contratos o lealtades familiares invisibles resultan negativos para nuestro crecimiento. Esto tiene una consecuencia directa: SOMOS LO QUE VEMOS

 Así habitualmente que no nos planteamos mucho más que dejarnos llevar por la inercia de lo que hemos visto en nuestra casa y lo que nuestros familiares nos han transmitido en relación a todos los órdenes de la vida.
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Lealtad ciega

Podemos ser inconscientemente leales a la infelicidad de alguno de nuestros padres y, de manera recurrente, repetimos conductas y patrones de vida que nos hacen infelices.

 ((Repetición))
Problemas del pasado
Existen otros asuntos no resueltos en generaciones anteriores que, posiblemente, pueden afectar inconscientemente a un miembro de la familia actual.


Repito, no necesitamos llevarnos necesariamente bien con ése familiar para serle leal.
A menudo, tu consciente cree estar buscando su felicidad, mientras tu inconsciente repite fracasadas historias de pareja o conductas que te conducen a una infelicidad constante y reiterada a corto o largo plazo en el trabajo y en la vida.

Y el problema es que la lealtad invisible es poderosa, incluso siendo lejanamente consciente de ella, se reproduce cada vez con mejores estrategias de ocultación, a fin de que no puedas librarte de ella.




Por ejemplo, si repites conductas de pareja fracasadas, cada vez te autoengañarás mejor, enamorándote de parejas con las que con el tiempo todo irá mal, para ser leal a la infelicidad de pareja que vivió una abuela o viven tu padre o tu madre…

En las primeras ocasiones verás con facilidad que esas parejas no eran adecuadas desde casi el principio, pero cada vez te autoengañarás mejor a la hora de elegir, convenciéndote de que ésta vez si que has encontrado al hombre o la mujer de tu vida.

Y dentro de unos años acabarás pagando semejante presunción con otra separación más o menos dolorosa.

De hecho, inconscientemente rechazarás a aquellas parejas con las que todo iría bien si estuvieras con ellas, personas que pueden amarte y respetarte de verdad, personas que se pueden vincular contigo sin problemas… pero, fiel a la lealtad familiar, a esas no las eliges… no son adecuadas para repetir el patrón de infelicidad recurrente al que estás anclad@.


Apartándolas de tu lado cuando llegan a tu vida, sencillamente sigues siendo leal a tu infeliz ancestro, que jamás logró una estabilidad de pareja.


Si él no consiguió ser feliz ¿qué derecho tienes tu a serlo? Eso opina tu inconsciente, con independencia de lo que tu quieras o creas desde tu consciente.


( EN LA SIGUIENTE NOTA , CARTA PARA LIBERACIÓN , VIDEO Y DESCARGA EN PDF PARA ELABORARLO FUERA DE LA NET )







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