¿Qué es el optimismo?
HAY QUE SER OPTIMISTA - QUÉ ES EL OPTIMISMO?
El optimismo es una perspectiva positiva y esperanzada del futuro, de sí mismo y del mundo que lo rodea.
Es una parte clave de la resistencia, o resiliencia, la fortaleza interior que le ayuda a atravesar momentos difíciles.
Los estudios revelan que los optimistas presentan más comportamientos de
promoción de salud, mayor calidad de vida y mejores índices de salud
física y mental.
El optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las
dificultades con buen ánimo y perseverancia , descubriendo lo positivo que
tienen las personas y las circunstancias, confiando en nuestras capacidades y
posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir.
La principal diferencia que existe entre una actitud
optimista y su contraparte –el pesimismo- radica en el enfoque con que se
aprecian las cosas: empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos
provoca apatía y desánimo.
El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para
encontrar soluciones, ventajas y posibilidades; la diferencia es mínima, pero
tan significativa que nos invita a cambiar de una vez por todas nuestra
actitud.
Alcanzar el éxito no siempre es la consecuencia lógica del
optimismo, por mucho esfuerzo, empeño y sacrificio que pongamos, algunas veces
las cosas no resultan como deseábamos.
El optimismo es una actitud permanente
de “recomenzar”, de volver al análisis y al estudio de las situaciones para
comprender mejor la naturaleza de las fallas, errores y contratiempos, sólo así
estaremos en condiciones de superarnos y de lograr nuestras metas. Si las cosas
no fallaran o nunca nos equivocáramos, no haría falta ser optimistas.
Normalmente la frustración se produce por un fracaso, lo
cual supone un pesimismo posterior para actuar en situaciones similares.
La realidad es que la mayoría de nuestro tropiezos se dan por falta de cuidado y reflexión.
¿Para qué sirve entonces la experiencia?
Para aprender, rectificar y
ser más previsores en lo futuro.
El optimista sabe buscar ayuda como una alternativa para
mejorar o alcanzar los objetivos que se ha propuesto, es una actitud sencilla y
sensata
Cualquiera que ha sido campeón en alguna disciplina, llegó a
colocarse en la cima por su esfuerzo, perseverancia y sacrificio, pero pocas
veces, o mejor dicho nunca, se hace alusión a su optimismo, a esa entrega
apasionada por alcanzar su fin, conservando la confianza en sí mismo y en las
personas que colaboraron para su realización.
El optimismo refuerza y alienta a
la perseverancia
Se podría pensar que el optimismo nada tiene que ver con el
resto de las personas, sin embargo, este valor nos hace tener una mejor
disposición hacia los demás: cuando conocemos a alguien esperamos una actitud
positiva y abierta; en el trabajo, una personalidad emprendedora; en la
escuela, profesores y alumnos dedicados.
Si nuestras expectativas no se cumplen, lo mejor es pensar que las personas pueden cambiar, aprender y adaptarse con nuestra ayuda.
El optimista reconoce el momento adecuado para dar
aliento, para motivar, para servir.
En la amistad y en la búsqueda de pareja también es
necesario ser optimista. Algunas personas se encierran en sí mismos después de
los fracasos y las desilusiones, como si ya no existiera alguien más en quien
confiar.
El optimismo supone reconocer que cada persona tiene algo bueno, con
sus cualidades y aptitudes, pero también sus defectos, los cuales debemos
aceptar y buscar la manera de ayudarles a superarlos.
El paso hacia una actitud optimista requiere de una
disposición más entusiasta y positiva, es tanto como darle la vuelta a una
moneda y ver todo con una apariencia distinta:
- Analiza las cosas a partir de los puntos buenos y
positivos, seguramente con esto se solucionarán muchos de los inconvenientes.
Curiosamente, no siempre funciona igual a la inversa.
- Haz el esfuerzo por dar sugerencias y soluciones, en vez
de hacer críticas o pronunciar quejas.
- Procura descubrir las cualidades y capacidades de los
demás, reconociendo el esfuerzo, el interés y la dedicación. Esto es lo más
justo y honesto.
- Aprende a ser sencillo y pide ayuda, generalmente otras
personas encuentran la solución más rápido.
- No hagas alarde de seguridad en ti mismo tomando
decisiones a la ligera, considera todo antes de actuar pues las cosas no se
solucionan por sí mismas. De lo contrario es imprudencia, no optimismo.
-Practica la gratitud .
Anota tres cosas en tu vida por las que estés agradecido. Esta clase de
enfoque en lo que le enriquece la vida puede ayudarle a mantener sus
pensamientos y sentimientos más positivos.
No es más optimista el que menos ha fracasado, sino quien ha sabido encontrar en la adversidad un estímulo para superarse, fortaleciendo su voluntad y empeño; en los errores y equivocaciones una experiencia positiva de aprendizaje.