martes, 6 de octubre de 2015

EL TEMOR Como Gestionarlo - Fragmento de Jocelyne Ramniceanu gracias

 ¿Sabías que tú eres el creador tu realidad por medio de tus creencias y definiciones?
¿Sabes que si vives atemorizado, tú estás creando una realidad atemorizante? 
Nosotros en nuestra mente, anticipamos situaciones imaginándolas incluso con detalles y esa sola acción acelera su manifestación.



El temor acentúa todas nuestras alarmas, y el temor más grande que tenemos y evitamos es mirar dentro de uno mismo.

Si lo hacemos podríamos descubrir que casi todos nuestros temores los podemos deshacer si tan solo dejáramos de alimentarlos y los integramos aceptándolos, observándolos y agradeciéndolos como los mensajeros que son de que estamos desalineados y alejados de la pasión, del entusiasmo y el amor…

El miedo es una nota discordante que te avisa que tienes una creencia que te mantiene desalineado de quien realmente eres.


Una analogía sería algo similar a como si tu tocaras una melodía con un instrumento cualquiera y de repente una de las notas suena desafinada, se sale de tono.
Tú no saldrías corriendo o huyendo debido a esa desentonación, intentarías nuevamente afinarla hasta que realices una melodía armónica. De eso se trata, cambia las creencias que te desentonan y crean una realidad desagradable por una más acorde con quien quieres ser.



¿Qué es lo que tienes que entonar? La creencia es la que está desentonada, sustitúyela por aquella que te traiga paz.



No veas al miedo como tu enemigo ya que él es el mensajero que viene a mostrarte que mantienes creencias que te restan potencial, que te quitan la paz y que están desalineadas con respecto a quién viniste a ser. Úsalas como el mensajero que son para descubrir y limpiar las distorsiones en tu sistema de creencias.




No le temas al miedo, diviértete con él y úsalo para lo que te está mostrando. Dile gracias miedo, gracias por llamar mi atención y mostrarme algo que ahora puedo cambiar.

No hay manera de sentir miedo o temor sin una creencia que la sustente.
Esa sensación tan desagradable en la boca del estómago llamada ansiedad, se dispara al instante cuando se activa la creencia y esto nos impulsa a reaccionar. Revisa tus creencias, la mayoría son absurdas e inútiles. Si logras deshacerte de las creencias que te atemorizan, no experimentarás más miedo ya que tu realidad será otra, pero primero tienes que proceder a mitigar o eliminar la creencia que la origina antes de que la realidad cambie.
Al cambiar la causa, el efecto también lo hace.

Si no te sientes seguro acerca de que creencia origina tus miedos, pregúntate: ¿Que debo de estar creyendo que es cierto, para sentirme asustado o de esta manera? El miedo usualmente te trae una porción de ti que tal vez no has querido mirar ni reconocer.


Una vez que lo haces, la mayoría de los temores comienzan a desaparecer. Lo que tienes que hacer es encarar el miedo y reconocer que si lo tienes aun es porque decidiste recibir el mensaje de una manera temerosa.


Toma completa responsabilidad sobre tus creaciones que te atemorizan sabiendo que solo tú tienes el poder de transformarlas.


Cuando disuelves el miedo, la amenaza que tu creaste también se disuelve mágicamente porque el miedo ya cumplió su cometido y tú lo transformaste. Vivir sin miedo es una elección que refleja coherencia en tu sistema de creencias. El miedo es sinónimo de control; el amor es libertad total. El miedo, la duda, las preocupaciones, el temor, son manifestaciones de tu resistencia al Dios que habita en ti.


Menos juicios, y da más las gracias a todo; menos miedo, y siente más amor.

Para conectar con nuestra divinidad tenemos que abrazar nuestros miedos y preocupaciones; y al aceptar cada aspecto nuestro, podemos expandirnos y encontrar plenitud.

Comienza a operar tu vida desde el “modo confianza” y a brindar servicio.



Al cultivar el amor incondicional, la luz de nuestra conciencia comienza a brillar y las oscuridades de nuestros miedos comienzan a desvanecerse. También enfoca tu consciencia en aquello que más te gusta hacer, puede que entres en una realidad paralela donde esos peligros anteriores que estabas creando ya no existan.


Jocelyne Ramniceanu