Si un alma intenta obtener cuanto pueda de la vida sin dar, no será capaz de encontrar auténtica y duradera felicidad y júbilo, pues lo que proporciona una profunda alegría y contento internos es pensar y vivir para los demás.
Nadie puede vivir para sí y ser feliz.
Siempre que te encuentres con una sensación de descontento e insatisfacción en la vida, puedes estar segura de que eso se debe a que has dejado de pensar en otras personas y te has quedado demasiado enredada en ti misma. El modo de cambiar es empezar a pensar en alguien más y en hacer algo por los demás hasta que el yo quede totalmente olvidado.
Hay tantas almas necesitadas que siempre hay algo que puedes hacer por alguno de tus semejantes. Así que ¿porqué no abres tus ojos y tu corazón, y dejas que la luz te muestre el camino y que el amor guíe tus actos?
Que mi amor te llene y te envuelva, y queda en perfecta paz.
En lo profundo de cada alma se encuentra la pureza del Espíritu.
Toma tiempo para buscarla hasta que la encuentres,
y a continuación, sácala.