Los mensajes que el sabio interior nos envía a través del cuerpo.
Nuestro cuerpo es el mapa físico de nuestra conciencia,
un fiel reflejo de cómo funcionamos en las distintas áreas de la vida.
Cualquier síntoma físico es una oportunidad para hacernos conscientes de
que hay un área en nuestra vida que necesita atención.
- El cuerpo en su totalidad se inclina al andar: hacia atrás o hacia delante. Estaremos huyendo del pasado si caminamos inclinándonos ligeramente hacia delante. Si nos inclinamos hacia atrás al andar tenemos miedo a entrar en la vida, somos unos cobardes.
- La cabeza también puede simbolizar al padre y a todos los ancestros varones. Caminar con la cabeza por delante es igual a no reconocer nuestros deseos, andamos refugiados en el intelecto.
- Los tumores cerebrales tienen que ver con los secretos escondidos del árbol. Las migrañas con las retenciones sexuales.
- Los ojos como conjunto son de carácter masculino. El ojo derecho es el intelectual, el racional. El izquierdo es el del corazón, el ojo profundo, el de la receptividad.
- La boca y las orejas simbolizan el linaje materno (son receptivas). La sordera en el oído izquierdo puede ser algo que no quiero escuchar del linaje femenino.
- Los dientes picados son el resultado de la rabia no expresada.
- La garganta es el canal de expresión y de creatividad. Tras una amigdalitis se esconde el miedo, las emociones reprimidas y la creatividad sofocada.
- El pecho: aquí está la relación corazón-emociones. Si no nos han amado desarrollaremos un pecho endurecido e insensible.
- Las manos son el símbolo de la elección. La mano derecha es el símbolo de la elección racional, sin fe. La izquierda es la intuitiva.
- Las uñas son nuestras defensas simbólicas… ¿Heredamos uñas de mucho grosor?
- La espalda: los problemas simbolizan
que cargas a los padres. Si no nos acariciaron de pequeños podemos
sufrir una desviación de columna. En la espalda se van archivando los
conflictos no resueltos de nuestro pasado:
– En la parte lumbar está la conexión con nuestra sexualidad y creatividad (los padres).
– En la parte dorsal es la conexión con nuestra parte emocional (los abuelos en el árbol).
– En la parte cervical nos conectamos con nuestro intelecto (los bisabuelos) - El vientre: la madre y todo lo que “digerimos de la vida”. Los problemas de estómago están asociados al miedo, a la angustia y la ansiedad.
- La pelvis se conecta con la sexualidad y con nuestros padres. El miedo a la sexualidad puede traducirse en una pelvis movida hacia atrás.
- Las rodillas nos muestran nuestra flexibilidad, nuestra adolescencia. Si vivimos encerrados en nuestro castillo, inflexibles, sufriremos con las rodillas.
- Los pies simbolizan el territorio, conectados con nuestra hermandad. Cuando no estamos viviendo nuestra vida, caminamos como un ladrón sin hacer ruido. Si somos hijos de padres divorciados, o separados…las puntas de los pies se separan. Vivimos una época de regresión a la infancia…las puntas de los pies miran hacia dentro.
La familia está viva en la piel, en el
cuerpo, está hablando. Hasta tal punto que podemos reconocer a nuestro
árbol por la huella que éste ha dejado en nosotros. Esa “cierta
especialización” de la que hablábamos, en la que los estratos de nuestro
árbol genealógico vive en cada uno de nosotros se podría expresar así,
muy a grandes rasgos:
- Parte derecha del cuerpo – rama paterna.
- Parte izquierda – rama materna.
- Hombros, cabeza – bisabuelos.
- Tórax y brazos – abuelos.
- Desde la cintura a las rodillas – padres.
- Desde rodillas a plantas de los pies – hermanos.