“Futurizar-No
futurizar”
Ya
en el título podemos darnos cuenta de algo; las dos palabras hacen referencia
al futuro.
Y lo que se resiste persiste.
Es
muy común en el tránsito del auto-descubrimiento, encontrarse en algún momento
con esta frase: “No hay que futurizar”.
Que
hace referencia a no proyectar ideas y pensamientos hacia el futuro, para no
crear futuro en base al pasado. Y así no recrear una y otra vez los mismos acontecimientos.
Este
concepto apunta al hecho de estar presentes aquí, ahora.
Pero he visto como rápida-mente utilizo el concepto superficial-mente para evitar el “sufri-miento”.
Pero he visto como rápida-mente utilizo el concepto superficial-mente para evitar el “sufri-miento”.
De la misma forma que cuando digo: “Hay que estar neutro “o “hay que derivar”. Y termina siendo un acto represivo.
Si en este momento “creo” sentir bronca, ira o tristeza, lo acepto, le doy la bienvenida.
Si llegan imágenes del pasado que me hacen sentir dolor o del futuro que me hacen sentir miedo las acepto. No me opongo, ni me apego a ellas.
Soy
el espacio infinito que todo lo permite, el nacimiento y muerte de todas las
formas.
Este acto de conciencia, de observación, de presencia, permite la disolución de aquello que me “afectaba”.
Justamente
“me afectaba” porque lo rechazaba, lo reprimía, guardándolo en el inconsciente
y perpetuándolo en el tiempo.
Si vuelve a aparecer y lo reprimo con la idea de “no futurizar” o “de estar neutro” o de “derivar”, lo que estoy haciendo es ponerle un cartel bonito para no observar que lo estoy evitando.
Por ende se vuelve a presentar una y otra vez para ser observado, informado, sanado, aceptado o como quieras llamarlo.
Si vuelve a aparecer y lo reprimo con la idea de “no futurizar” o “de estar neutro” o de “derivar”, lo que estoy haciendo es ponerle un cartel bonito para no observar que lo estoy evitando.
Por ende se vuelve a presentar una y otra vez para ser observado, informado, sanado, aceptado o como quieras llamarlo.
El rechazo tiene sus dos polaridades. En la modalidad positiva, quizás más
difícil de reconocer, se presentan algunos síntomas como las “etiquetas de
agrande”:
“Soy un superhéroe ,“un superveloz”, “un superconsciente”, “todo me sale
bien”.
Que cuando cambia a la modalidad negativa culposa aparecen las “etiquetas de
achique”: “Soy un supervillano”, “un superlento”, “un superinconsciente”, “todo
me sale mal”.
Las dos caras de la misma falsa moneda.
Las dos caras de la misma falsa moneda.
Confío.
Todo fluye hacia la conciencia.
Bajo el velo de lo aparente está siempre la verdad.
Todo fluye hacia la conciencia.
Bajo el velo de lo aparente está siempre la verdad.
Martín
Peyrot
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