LA ACEPTACION: EL SECRETO DE LA FELICIDAD - Fernán Makaroff
El sufrimiento se origina por la resistencia al presente.
El presente
es todo lo que está sucediendo en este momento, es decir, LO QUE ES.
Esto incluye cualquier circunstancia que estés atravesando; tus relaciones, tu relación contigo mismo, tu trabajo, tus problemas, los problemas de otros que te afecten, la situación del país, tus limitaciones, y todo aquello que forme parte de tu mundo.
Si no eres feliz, en el momento en que tú aceptas esa infelicidad, se transforma en paz interior. Si no aceptas tu trabajo pero no puedes irte aún, en el momento en que dejes de pelear contra él comenzarás a disfrutarlo.
Si no puedes aceptar que tu pareja te abandonó, o que eres incapaz pese a tus esfuerzos, de construir una relación sana como sueñas, di “está bien, que sea lo que tiene que ser, que pase lo que tenga que pasar. No forzaré más las cosas”.
Entonces todo el conflicto terminará instantáneamente.
A través de la aceptación, te liberas de todo el dolor y de las mochilas más pesadas de tu historia de manera instantánea.
Observa que cosas en tu vida no aceptas y toma la decisión de dejar de luchar contra ellas..
Observa como tú mente es la que juzga y evalúa de manera compulsiva todos los acontecimientos, tanto internos como externos. y luego apártate, aléjate.
Retira la atención de tu cabeza y diríjela hacia tu interior, hacia lo que estés sintiendo.
Preguntate la mayor cantidad de veces al día: ¿qué estoy sintiendo en este momento? Esta es una gran práctica espiritual que puede salvarte de grandes calamidades.
Cuando haces esta pregunta, obligas a tu atención a retirarla de lo exterior y enfocarla en tu mundo interno, en tu corazón.
Una vez allí, quédate el tiempo que sea necesario hasta que sobrevenga la tranquilidad. Debes aprender a domesticar la atención, de la misma manera que domas a un potro salvaje. Si tú no tienes control alguno sobre ella, puede dirigirte a tal punto de arruinarte tu vida por completo.
Se trata de no estar distraído.
Debes permanecer siempre alerta y despierto. En ese estado despierto no hay lugar para el sufrimiento de ninguna clase, porque tú te anticipas a tú mente. Estas antes. Tú eres el observador y no te involucras en sus innumerables trampas, recuerdos, expectativas, juicios, argumentos, culpas, miedos, y sus malditas voces que buscan constantemente alejarte de tu Ser.
En el momento en que tú te distraes, la atención va corriendo hacia la cabeza (pues fuimos condicionados para vivir desde allí), y entonces comienzan todos tus problemas.
Debes aprender a dirigir concientemente tu atención y no permitir que ella funcione de manera automática.
No esperes que las cosas sean de una manera; tómalas tal cual son.
Haz de esto un hábito.
Tú no eres quién para juzgar qué tiene que suceder y qué no. Eso déjaselo a Dios, o a tu Ser interior que es lo mismo.
Ël ve mucho más allá de lo que tus ojos te permiten ver.
Hay un orden natural y un equilibrio perfecto por debajo de las tempestades del mundo y la percepción ordinaria. Confía en él.
Toma plena conciencia de que lo te genera el sufrimiento es la misma lucha, y no aquello de lo que te quieres liberar o cambiar. No sólo aceptes tus partes negativas, sino que también todo lo que esté sucediendo en tu interior en este preciso momento.
Todo estado emocional, toda reacción errónea, toda conducta inadecuada.
Deja que todo sea como tiene que ser.
Tú función es la de permitir que el agua de los acontecimientos circule libremente, sin oposición, y no ser una represa que corta a su criterio el fluir natural de la existencia.
Los problemas no existen. Lo que ahora es un problema para ti, dentro de un tiempo se transformará en una bendición. Agradecerás que te haya sucedido. Gracias a él, te habrás convertido en una persona mas fuerte, más madura y más sabia. Recuerda que el dolor es un maestro y no un enemigo.
A mayor dolor, mayor crecimiento.
Transfórmate en una máquina de aceptar.
Sea lo que sea que suceda, dale la bienvenida. Toma esa decisión. No importa qué tú comprendas o no comprendas, que estés o no de acuerdo. Hay una sabiduría perfecta y un poder infinito actuando en cada momento.
Cuando aceptas, la mente para y entras en la dimensión del corazón. Allí siempre hay paz.
Allí no existe positivo o negativo, solo reina el silencio y la paz insondable que lo consume todo. .
El secreto de la felicidad consiste en no luchar, en no resistir, sino en dejar ser
Amígate con el presente.
Verás cómo comienza a resolverse todo aquello que considerabas imposible más rápido de lo que pudieras imaginar.
Luz y amor
Lic. Fernán Makaroff.
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