La única relación
que tienes que sanar, es contigo mismo. Enric Corbera
Cuando
se juntan dos personas, se juntan dos clanes y dos inconscientes familiares que
piden ser sanados. Tomando consciencia podemos dar luz a lo tiene que necesita
nuestro clan.
Una pareja ocupa
muchas funciones y lugares en tu vida y en tu psique; es:
- El ser que te da la posibilidad de dar vida y crear un nuevo clan.
- Un ego que se encuentra con tu ego.
- El encargado de participar en la continuidad de tu sistema familiar.
- Un compañero de viaje para tu alma.
En
cada uno de estos niveles hay memorias y realidades inconscientes distintas.
Las
historias se repiten no para castigarnos, sino para trascender ese modo de
vivir que nos hace daño y que inconscientemente, perpetuamos al dejarles el
mismo legado a nuestros hijos, que harán lo mismo con los suyos. Nosotros
podemos elegir verlo desde el ego, que nos dirá: “¡Qué he hecho yo para merecer
esto!”, o desde nuestro Ser, que nos susurra: “Libera a tus hermanos del
sufrimiento mediante el Perdón, liberándote a ti mismo/a primero, y sabiendo
que no hay nada que perdonar en realidad”.
ELIJO MI PAREJA POR UNA PROYECCIÓN DE MI INFANCIA.
Si tuviste
muy buena relación con ella buscarás una mujer que se parezca a tu madre, o si
la hechas de menos a alguien que la sustituya y te cuide como una madre?.
Si tu padre
era un ídolo para ti tu pareja tendrá sus mismas características, o pondrás
como condición que eso que tu padre hacía y no soportabas tu pareja también lo
odie profundamente.
Las
proyecciones que hacemos de estas dos relaciones en la relación de pareja es
grandiosa, es importante ser consciente de ellos para no encadenar a nuestra
pareja a una realidad que no es ciertamente la suya, sino nuestra mirada
inconsciente.
ANA HIDALGO (terapiaconana.com) NOS
DICE:
Si hubo sobre-protección:
Imagina que, cuando eras niño, cada vez que ibas a
hacer algo nuevo o algo por ti mismo, alguien te gritaba eso de “cuidado, no
hagas eso”, “déjalo que ya lo hago yo” o “espera, te ayudo”.
Esto pudo hacer que pensaras que no hacías las cosas a derechas, o que aceptaras que todo te lo tenían que dar ya hecho, convirtiéndote en una persona caprichosa.
Estas sensaciones se fueron quedando en ti, al menos para ciertas facetas de tu vida.
Por ello, es probable que encuentres atracción por
aquellas personas que tomarán decisiones o incluso actuarán por ti llegado el
caso, dado que esa inseguridad sigue latente dentro de ti.
También es posible que, en algún momento, decidieras revelarte sobre esta forma de ser tratado, en este caso, es posible que elijas parejas que desafíen esta autoridad y sean desaprobadas o rechazadas por tus personas cercanas.
Si hubo falta de protección:
En otras ocasiones, puede que nunca o pocas veces
tuvieses a alguien que se preocupase por tus necesidades.
Los estudios señalan que la ausencia de la figura
de apego de forma continuada, puede hacer pensar a los infantes que no cuentan
con suficiente protección o no son merecedores de cariño.
Si te sucedió esto, es probable que a la hora de
encontrar pareja te conformes con personas que te aporten poco o incluso no te
convengan pues no te sientes merecedor de algo mejor.
En el caso de encontrar a otra persona que sientas
como valiosas, es posible que termines “metiendo la pata” para evitar, al menos
inconscientemente, que la relación salga a flote pues, el sentimiento de no ser
merecedor puede seguir latiendo.
También es frecuente ver a personas que, en
situaciones similares, aprendieron eso de “yo me lo guiso, yo me lo como” y no
quieran tener pareja pues no creen necesitar a alguien o desean demostrar su
autosuficiencia.
De este modo, evitarán las relaciones serias en
las que se corra el riesgo de “ponerse en manos de otra persona” evitando así
el sentimiento de un nuevo abandonado.
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Si hubo una protección
adecuada
Al sentir cercana a la figura de apego, pero
sabiendo que tenemos el espacio suficiente para crecer, arriesgamos más cuando
somos niños, ganamos nuevas experiencias y vamos fortaleciendo nuestra confianza.
En la edad adulta,
habremos aprendido tanto a estar en soledad en algunos momentos, como a
disfrutar de la compañía en otros, y nuestra elección de pareja tendrá pilares
sólidos y será más libre.
Si la relación de
pareja de tus padres no era buena, si no se querían, no se deseaban, o
estaban juntos solo por inercia o por miedo a separarse etc, posiblemente
ocupaste un triángulo en su relación.
En los triángulos con
los padres los hijos crecen en un mal lugar, establecen lealtades profundas con
uno de ellos y se vuelven incapaces de valorar al otro género o de respetarlo.
¿Cómo puedes saberlo?
Respóndete
sinceramente a estas preguntas: ¿Eres la hija preferida de papá, o el niño
mimado de mamá?, ¿Eres la competidora de mamá?