viernes, 31 de mayo de 2019

Nuestra Infancia Influye en la Elección de Nuestra Pareja - Biodescodificacion


La única relación que tienes que sanar, es contigo mismo. Enric Corbera

 



Cuando se juntan dos personas, se juntan dos clanes y dos inconscientes familiares que piden ser sanados. Tomando consciencia podemos dar luz a lo tiene que necesita nuestro clan.




Una pareja ocupa muchas funciones y lugares en tu vida y en tu psique; es:
  • El ser que te da la posibilidad de dar vida y crear un nuevo clan.
  • Un ego que se encuentra con tu ego.
  • El encargado de participar en la continuidad de tu sistema familiar.
  • Un compañero de viaje para tu alma.



En cada uno de estos niveles hay memorias y realidades inconscientes distintas.
Las historias se repiten no para castigarnos, sino para trascender ese modo de vivir que nos hace daño y que inconscientemente, perpetuamos al dejarles el mismo legado a nuestros hijos, que harán lo mismo con los suyos. Nosotros podemos elegir verlo desde el ego, que nos dirá: “¡Qué he hecho yo para merecer esto!”, o desde nuestro Ser, que nos susurra: “Libera a tus hermanos del sufrimiento mediante el Perdón, liberándote a ti mismo/a primero, y sabiendo que no hay nada que perdonar en realidad”.

ELIJO MI PAREJA POR UNA PROYECCIÓN DE MI INFANCIA.

 


Si tuviste muy buena relación con ella buscarás una mujer que se parezca a tu madre, o si la hechas de menos a alguien que la sustituya y te cuide como una madre?.

Si tu padre era un ídolo para ti tu pareja tendrá sus mismas características, o pondrás 
 como condición que eso que tu padre hacía y no soportabas tu pareja también lo odie profundamente.

Las proyecciones que hacemos de estas dos relaciones en la relación de pareja es grandiosa, es importante ser consciente de ellos para no encadenar a nuestra pareja a una realidad que no es ciertamente la suya, sino nuestra mirada inconsciente.


ANA HIDALGO (terapiaconana.com) NOS DICE:





Si hubo sobre-protección:





Imagina que, cuando eras niño, cada vez que ibas a hacer algo nuevo o algo por ti mismo, alguien te gritaba eso de “cuidado, no hagas eso”, “déjalo que ya lo hago yo” o “espera, te ayudo”.

Esto pudo hacer que pensaras que no hacías las cosas a derechas, o que aceptaras que todo te lo tenían que dar ya hecho, convirtiéndote en una persona caprichosa.

Estas sensaciones se fueron quedando en ti, al menos para ciertas facetas de tu vida.
Por ello, es probable que encuentres atracción por aquellas personas que tomarán decisiones o incluso actuarán por ti llegado el caso, dado que esa inseguridad sigue latente dentro de ti.

También es posible que, en algún momento, decidieras revelarte sobre esta forma de ser tratado, en este caso, es posible que elijas parejas que desafíen esta autoridad y sean desaprobadas o rechazadas por tus personas cercanas.









Si hubo falta de protección:





En otras ocasiones, puede que nunca o pocas veces tuvieses a alguien que se preocupase por tus necesidades.

Los estudios señalan que la ausencia de la figura de apego de forma continuada, puede hacer pensar a los infantes que no cuentan con suficiente protección o no son merecedores de cariño.
Si te sucedió esto, es probable que a la hora de encontrar pareja te conformes con personas que te aporten poco o incluso no te convengan pues no te sientes merecedor de algo mejor.

En el caso de encontrar a otra persona que sientas como valiosas, es posible que termines “metiendo la pata” para evitar, al menos inconscientemente, que la relación salga a flote pues, el sentimiento de no ser merecedor puede seguir latiendo.

También es frecuente ver a personas que, en situaciones similares, aprendieron eso de “yo me lo guiso, yo me lo como” y no quieran tener pareja pues no creen necesitar a alguien o desean demostrar su autosuficiencia.
De este modo, evitarán las relaciones serias en las que se corra el riesgo de “ponerse en manos de otra persona” evitando así el sentimiento de un nuevo abandonado.




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Si hubo una protección adecuada



Al sentir cercana a la figura de apego, pero sabiendo que tenemos el espacio suficiente para crecer, arriesgamos más cuando somos niños, ganamos nuevas experiencias y vamos fortaleciendo nuestra confianza.
En la edad adulta, habremos aprendido tanto a estar en soledad en algunos momentos, como a disfrutar de la compañía en otros, y nuestra elección de pareja tendrá pilares sólidos y será más libre.
Si la relación de pareja de tus padres no  era buena, si no se querían, no se deseaban, o estaban juntos solo por inercia o por miedo a separarse etc, posiblemente ocupaste un triángulo en su relación.
En los triángulos con los padres los hijos crecen en un mal lugar, establecen lealtades profundas con uno de ellos y se vuelven incapaces de valorar al otro género o de respetarlo.



¿Cómo puedes saberlo?


Respóndete sinceramente a estas preguntas: ¿Eres la hija preferida de papá, o el niño mimado de mamá?, ¿Eres la competidora de mamá?