"tu
vida es tu camino a la felicidad"
SERGI
TORRES
¿Quién es Sergi Torres?
Sergi Torres es mi espacio de aprendizaje.
Alguien que en algún momento de su vida se da cuenta de que la forma en que
había vivido hasta ese momento era sólo una opción y no lo que se suponía que
era… A partir de ahí, se abre todo un espacio de redescubrimiento constante de
quién es Sergi Torres. Por tanto, ante esta realidad de cambio constante,
siento que no tiene mucho sentido definir quién soy…
Empezaste muy pequeño con las inquietudes
existenciales…
Es como si hubiera habido dos partes en mi vida.
Por un lado, estaba el Sergi que iba al colegio y se relacionaba con sus padres
y amigos, y por otro, el Ser que daba lugar a eso… Tengo recuerdos de una
conexión con lo esencial y también, sintiéndome parte de este mundo, recuerdo
que me hacía preguntas del estilo: “¿Quién he sido antes de ser Sergi?”. De muy
pequeño tenía la sensación de que podía parar el tiempo y sentía que estaba
llamado a transmitir ese conocimiento… La conciencia de ese Ser empezó a
difuminarse en el momento que empecé a preocuparme por aprobar exámenes o a
centrar mis esfuerzos en aprender memorizando cosas. Siento que mi conciencia
se pasó de frenada al entrar en contacto con la faceta más racional de la
persona.
¿Qué te ocurrió a la edad de 21 años?
Yo lo describo como una especie de volcán.
Estando ya en la universidad, llegó un momento en que todo aquello que había
ido quedando sepultado por mi personalidad y por mi forma racional de entender
la vida, de repente surgió de forma abrupta a la superficie. Fue así como
empecé a recordar aquello que me era tan familiar y conocido cuando era
pequeño, en un contexto en el que todo eso era opuesto o muy extraño. De esta
manera, mi contexto cotidiano se vino abajo; perdí a todos mis amigos, mi
familia no entendía qué me pasaba… y yo creía que me estaba volviendo loco.
¿Hubo algún suceso en concreto que
desencadenara ese proceso?
Hay un suceso que no suelo contar para no generar
confusión. Es decir, no fue únicamente el suceso el factor desencadenante, pero
en parte sí. Me hallaba en un momento en el que cada vez estaba más interesado
en cosas distintas a lo que me habían enseñado cuando fui a un taller de una de
las médiums más reconocidas del mundo, Marilyn Rossner. Allí tuve una gran
experiencia y algo se abrió de forma descontrolada… Se disparó mi estado
de percepción y los recuerdos de aquel contacto con lo esencial empezaron a
sucederse como mares de lava. En el fondo, siento que era el momento de que
aquello ocurriese y ocurrió de esa manera. La forma no es tan importante…
Vivimos en un mundo lleno de impulsos y con
infinidad de propuestas para todos los gustos, pero parece que no acabamos de
encontrar el sentido… ¿Tan difícil es encontrar la verdadera paz?
Según mi propia experiencia, superficialmente
llegué a descubrir que había un patrón o una inercia, pero no me conformé con
ello, pues limitarme a la conciencia de ese patrón aún me hacía sentir que yo
no podía hacer nada… Fue así como seguí investigando y me di cuenta de que lo
que alimentaba esa inercia era el miedo a algo distinto. Las experiencias
profundas que volvía a experimentar daban un vuelco a esos patrones y al mismo
tiempo venían acompañadas de una gran sensación de inestabilidad, ignorancia y
miedo. Fue así como me di cuenta de que no era difícil, sino que yo mismo era
el que lo hacía difícil por miedo a que ocurriera. En el fondo, somos nosotros
mismos los que estamos detrás dificultando nuestra propia liberación. En
realidad, el encuentro con la paz es muy simple; sólo se trata de una visión
sostenida con una voluntad férrea. Esa voluntad a menudo no existe justo por el
miedo a que ocurra esa paz que transforme completamente mi mundo.
Queremos ser libres, pero al mismo tiempo nos
boicoteamos la libertad. Una gran paradoja…
Así es. Las paradojas no tienen movimiento en sí
mismas; la solución de la paradoja no genera una conclusión que genere un
movimiento. Por eso los seres humanos tampoco nos movemos. Puede parecer que
evolucionamos, que la tecnología es un gran avance… pero en el fondo es falso.
Seguimos anclados en el mismo punto de conciencia precisamente a causa de esa
paradoja; el quiero y no puedo porque en realidad no quiero.
En el fondo no somos verdaderamente
responsables de nosotros mismos…
Esa responsabilidad, primera y última, es básica.
Hay muy pocos seres humanos hoy en día que estén abiertos a responsabilizarse
completamente de su historia personal. Aún hacemos demasiada bandera del
victimismo…
¿Cómo definirías la conciencia?
Sé que la conciencia, desde la perspectiva
humana, no es clarificable… Cuando pasas a ser parte de la Conciencia
Universal, las definiciones desaparecen. Muchas veces, desde la perspectiva
humana más corriente, se asocia ser consciente a un cierto inmovilismo y
pasotismo respecto al mundo, cuando en realidad es justo al revés; la
conciencia esencial es pura creatividad constante. El enfoque mental-racional
no sirve de mucho… No soy yo el que llega a ser consciente de esta creatividad
esencial, sino que es ella la que despierta en mí.
¿Cómo vivir centrados, acorde a nuestra
esencia, en una realidad alienante y con una mente llena de niebla?
A menudo no tenemos los recursos necesarios, pero
siempre nos queda la voluntad. Todo lo que yo experimento parte de un origen, y
ese origen es mi esencia. Quizás yo no puedo ser consciente de mi esencia, pero
sí de sus efectos; lo que pienso y siento a cada momento. De esto sí que puedo
ser consciente y trabajar con ello. Así pues, si con voluntad, yo decido
aceptar cómo soy, cómo siento, cómo me veo y lo que pienso, entonces estoy
aceptando la esencia. Esta aceptación es lo que me permite viajar a través de
los pensamientos y las emociones hasta llegar a su origen. Mientras que,
normalmente, para querer llegar a esa conciencia esencial, acostumbramos a
rechazar los pensamientos y emociones que creemos que nos lo impiden, y así, es
como nos alejamos de nuestra esencia.
Para estar en paz, hay que hacer las paces con
todo…
Así es, pero sobre todo tenemos que tener en
cuenta que estar en paz no es una técnica ni un método, es una decisión. Quizás
no disponemos de muchos recursos, pero sí que podemos entrenarnos y prepararnos
para tomar con firmeza esa decisión.
¿Qué relación tienen la felicidad y el
sufrimiento con la vida?
La vida, en esencia, es felicidad. Cuando pierdo
esta conciencia, olvido lo que es. Este es el estado mental generalizado de los
seres humanos. Así, nos hemos inventado otra felicidad, pero que en el fondo
nos hace sufrir, porque cuando la alcanzo, sufro por retenerla o sufro por
perderla. Esto hace que la felicidad, tal y como la entendemos a menudo, sea
tan voluble, imperando el sufrimiento. No se trata de que seamos felices, sino
que somos felicidad… Hemos llevado la felicidad a un ámbito emocional, un
espacio muy inestable y volátil, especialmente hoy en día. Por tanto, cualquier
cosa que logre alcanzar desde el ámbito emocional, ya sea paz, ya sea amor
emocional, en algún momento me va a llevar inequívocamente a sufrir. Siempre
sufrimos hasta que utilizamos el sufrimiento para darnos cuenta de que, en
esencia, es felicidad. Ahí vuelve a aparecer otra vez la gran paradoja…
La vida como felicidad… ¿Cómo explicárselo a
los que más sufren, por ejemplo a consecuencia de la crisis?
Es imposible. En el 1213, sólo se podía hablar de
que la tierra no era plana con aquellos que estaban abiertos a plantearse otra
visión. Así, hoy en día, sólo puedes plantear la salida al sufrimiento, es
decir, que el sufrimiento, en esencia, sólo es felicidad mal comprendida, a
aquellos que están abiertos a tener una perspectiva distinta de su sufrimiento.
Muy pocas personas hoy en día están dispuestas a ello. El sufrimiento se suele
ver a menudo como algo nuestro, y así, inconscientemente, lo poseemos, nos
aferramos a él. Sería como un osito de peluche hecho de cristales y clavos,
pero que nos ha acompañado durante toda nuestra vida.
¿Buscando la felicidad la postergamos?
Buscar la felicidad significa necesariamente que
no soy feliz. Por tanto, cuanto más la busco, más confirmo que no lo soy.
Tenemos miedo de darnos cuenta de que lo que estamos sintiendo justo ahora es
felicidad mal comprendida porque esto nos hace experimentar una cierta forma de
felicidad, y también hace que nos demos cuenta de que hemos estado equivocados
toda nuestra vida en nuestro camino de búsqueda de la felicidad, en el que
tanto hemos sufrido y tanto hemos hecho sufrir a los demás. Esto nos lleva
hacia la pura honestidad y depende, de nuevo, de una decisión.
¿Qué diagnóstico puedes hacer de la crisis a
estas alturas?
En primer lugar, hay que recordar que tenemos el
poder de ejercer esa decisión de ir más allá de nuestra personalidad para
residir en el Ser. Desde ese espacio, te das cuenta de que no somos seres
sociales, ni culturales, ni económicos… Ver esto, te hace ver también que no
estás en crisis ni has entrado nunca en ninguna crisis. Simplemente, estás
viviendo experiencias. Usar nuestro poder para intentar salir de la crisis o
cambiarla, implica que tengo que sacar mi poder de esa decisión de estar en la
esencia para caer igualmente en las redes de ese conglomerado de creencias,
moral, etc…
¿Se podría decir que toda lucha es una huida
hacia delante?
Cuando llegue el día en que un gran número de
seres humanos logre dar ese paso adelante para no identificarse con ninguna
estructura externa, la sociedad, la economía, la cultura, la economía, el arte…
adquirirán su máximo exponente porqué será lo más esencial lo que se expresará
a través de estos canales sin interferencias.
¿Por qué tenemos tanto miedo y cuesta tanto
reconocerlo?
Tenemos miedo del miedo porque es la puerta a la
paz o a lo esencial. En el momento en que una conciencia deja de ser consciente
de su felicidad o de su presencia, la primera sensación que surge es el miedo,
y es embarcándose en ese miedo que uno empieza luego a tener miedo del miedo. La
manera de que esto empiece a disolverse es dando espacio a las emociones, ya
que detrás de toda emoción podemos encontrar siempre trazas de miedo. Si en
lugar de huir de lo que siento me dirijo hacia ello encontraré el gran pánico
de la conciencia humana; no saber quién soy y por qué estoy viviendo la vida
que vivo. Si a partir de ahí, consigo dar un paso más, el gran paso, alcanzaré
la ausencia de miedo; la paz perfecta.
Es un proceso en el que tenemos que afrontar
un cierto tipo de muerte…
Así es. Se trata de desprenderte de algo que
crees que eres tú y que además, a menudo, se suele creer que sólo eres eso…
Para el inconsciente, pasar a ser consciente es como un suicidio.
¿Hay algún método para lograrlo?
Hay un método universal, que además es excepcional
y bajo mi punto de vista es el único: la vida de cada uno. La vida particular,
vivida realmente, plenamente, te lleva a la salida del sufrimiento. Así pues,
en el fondo se trata de algo lógico y simple, nada difícil. No es algo que yo
tenga que hacer porque la vida ya tiene lugar, sino simplemente, tengo que
dedicarme a vivirme.
¿Viviendo de esta manera se sana el
inconsciente? ¿Deja de ser necesario, por ejemplo, el psicoanálisis?
Cualquier situación particular, sea la que sea,
vivida con plenitud, puede llevar a la liberación. De esta manera, una persona
que lleva varios años realizando una terapia psicológica, si pasa a vivir esta
circunstancia de manera plena, implicándose realmente al cien por cien,
seguramente conseguirá dejar de necesitarla. Parece ser que el método de
aprendizaje que más elegimos es el sufrimiento, así que mejor aprender de él
cuanto antes para poderlo abandonar. Cuando consigo vivir plenamente mi
sufrimiento, éste empieza a desaparecer…
Se suele decir que el amor es el mejor
antídoto para el miedo, pero ¿qué hacer cuando amar también da miedo? ¿Cómo
amar de verdad?
A menudo se tiene la sensación de que cuando
consigamos alcanzar el amor, visto como algo externo, entonces mi miedo
desaparecerá. Pero no es así. Mi miedo ya es una forma de amor, muy desenfocada
quizás, pero si yo me abro a sentir mi miedo, lo estaré aceptando y podré
amarlo; por tanto, ese gesto es lo que me lleva a sentir que mi miedo en el
fondo es amor. Una vez más, no hay nada alcanzable porque ya somos todo. Cuando
te das cuenta de que dentro del mismo miedo está el amor surge una carcajada,
pues te das cuenta de que los motivos por los cuales has estado buscando toda
la vida, ya eran en sí mismo los resultados de eso que tanto buscabas.
¿Nuestra interpretación de la realidad es muy
limitada?
Sólo con que sea un poco sesgada, a lo que
miramos ya no le podemos llamar realidad. Por tanto, no se trata de que la
malinterpretemos, sino que directamente no la vemos. En el momento en el que no
vemos completamente la realidad, estamos completamente ciegos, aunque puedas
pensar que estás sólo un poco ciego. La Conciencia Absoluta es absolutamente
radical; o ves o no ves, o es real o no es real. No hay las medias tintas que
tanto nos gustan a los seres humanos…
¿Cómo podemos aprender de los conflictos?
El punto clave es tomar la decisión de dar la
bienvenida a todo lo que llegue, sea lo que sea. Eso no quiere decir que tenga
que estar contento o agradecido de un conflicto, pues puedo estar muy asustado
o muy rabioso, pero al darle la bienvenida puedo ver desde dónde se origina mi
rabia o mi miedo. Entonces puedo utilizar el conflicto como método para
descubrir la esencia de mis emociones. Al final, lo que nos ocurre, suele ser
aquello que nosotros mismos decidimos experimentar.
¿Cómo aprender a vivir la vida plenamente?
Hay que volver a lo esencial. Todo lo que yo digo
no tiene la intención de que sea comprendido. No hay varias formas de abordar
esto. Si estás realmente dispuesto a comprender tu vida, todo lo que ocurra en
ella puede ser fantástico para alcanzar ese propósito. Si no estás dispuesto,
no hay nada que se te pueda dar que puedas usar para ello. Más allá de si una
persona tiene o no recursos suficientes para comprender su vida, para mí, lo
realmente importante, es si quiere o no.
¿Qué pasa cuando creemos que queremos pero
acabamos tropezando siempre con la misma piedra en forma de dificultades?
Eso es un claro indicativo de que en realidad no
se quiere. A menudo, una de mis tareas más arduas es mostrar a las personas que
piensan que quieren vivir plenamente, que en realidad no quieren. Al final, el
truco para saber dónde estamos posicionados es muy simple… Sólo tenemos que
preguntarnos honestamente: ¿Soy plenamente feliz? Si ves con honestidad que no
eres feliz, automáticamente ya sabes que realmente no estás queriéndolo ser,
pienses lo que pienses al respecto. Cuando le pedimos al Ser que mire
directamente a la personalidad, la respuesta es demoledora porque el Ser no ve
personalidad…
¿Sin aceptación no se puede seguir adelante?
Es un requisito básico. Si mi vida es el lugar en
el que aprendo, ¿qué sentido tiene rechazarlo?
¿Qué otros requisitos de los que han ido
saliendo son pues imprescindibles en el método hacia una vida plena?
Para mí, es básico partir de la aceptación, la
honestidad y la responsabilidad. De ahí, surge la voluntad. Mi voluntad no
puede ser verdadera ni poderosa si no tengo esa base estable como punto de
partida.
¿Cuáles han sido tus principales fuentes de
inspiración?
En mi vida ha habido maestros, enseñanzas,
libros… que mientras los iba siguiendo yo creía que eran “la vía”. Pero cuando
descubrí lo que hay detrás del velo perceptual, me di cuenta de que todo esto
no tenía ningún significado especial; no era nada distinto a cualquier situación
corriente en la que mi método o maestro real sigue siendo la vida y lo que
ocurre en el presente. Podríamos decir que tengo mi propio currículum
espiritual pero al final me he dado cuenta de que no sirve de nada. Ahora bien,
fue necesario pasar por ahí para darme cuenta de que en el fondo no servía de
nada. No se trata de rechazar nada, sino de ponerlo todo en el mismo lugar.
Mientras busques, encontrarás guías… Así que la pregunta es: ¿Qué hago yo con
esos guías? Si no estoy muy atento a esto, me puedo acabar montando toda una
película espiritual con el mismo final de siempre.
Háblanos de la influencia del libro Un
Curso de Milagros…
No suelo mencionarlo porque en el fondo creo que
es algo muy individual. Llegó un día en el que descubrí que Un Curso de Milagros
no era un simple libro de tapas azules, páginas finas y mucha letra, sino que
era una puerta que si la cruzaba podía convertir el libro en cualquier persona,
cosa o situación. En realidad, cualquier cosa puede enseñarte lo que este libro
muestra; que estamos ciegos perceptualmente, que el mundo no existe tal y como
lo vemos y que la herramienta clave para conseguir salir de todo esto es
perdonar, que en última instancia, se trata de ejercer la voluntad de soltar.
¿Qué podemos esperar de esta nueva era en la
que hace poco se supone que hemos entrado?
Si uno quiere aprender a conducir, le da igual si
hace sol, frío, llueve o está nublado. Simplemente se monta en el coche y ya
está. El encuentro con el Ser es algo tan genuinamente personal e individual que,
finalmente, no hay contexto que influya en ello. El contexto sí que te puede
ayudar a tomar el poder de decisión para alcanzarlo, pero en realidad es la
voluntad y no el contexto lo que de verdad nos hace libres. El contexto, por sí
solo, nunca nos va a liberar.
¿Qué valoración puedes hacer del proyecto Yo,
libre?
Para mí es una muestra más de que cuando no
interfieres, las cosas ocurren. Desde el primer día de este proyecto, pude
comprobar cómo su proceso, hasta hoy, responde a una serie de mecanismos que
uno desconoce… Yo, lo único que he hecho al respecto, es ofrecerme, ponerme en
juego sin interferir. Eso es lo que hemos hecho desinteresadamente cada uno de
sus miembros. Disfrutándolo a cada instante y sin expectativas, ha ido
siguiendo su curso. Sinceramente, las críticas, ya sean positivas o negativas,
no nos interesan demasiado… Las agrademos todas, pero lo que de verdad nos
llega al corazón es que una persona nos escriba diciéndonos que le ha cambiado
la vida. Al ver la película, ciertas personas se han podido dar cuenta de que
ellas tienen el poder de tomar la decisión para vivir una vida plena.
¿Algún mensaje de esperanza más para terminar?
Lo único que puedo añadir es algo que me digo a
mí mismo; se terminó el tiempo para la esperanza porqué ha llegado el tiempo de
la verdad. El tiempo para despojarnos de máscaras, disfraces… y dedicar nuestra
vida a estar en ese Ser, ya sea en forma de ira, agradecimiento o paz
inconmensurable, no importa. No hay diferencias al final.