martes, 27 de marzo de 2018

Deja de darle nombre a tu trastorno físico; no lo etiquetes. DAVID HAWKINS S.C.

¿Estás enfermo? Alégrate. Pero, ¿cómo? ¿Qué me dices? ¿Cómo te atreves? … Sí, alégrate, te decimos, pero no por estar enfermo, sino porque tus dificultades te conducirán a la búsqueda de sus causas últimas, a encontrar la clave para su superación y, a partir de ahí, a tu definitiva liberación y plenitud.



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Deja de darle nombre a tu trastorno físico; no lo etiquetes. Una etiqueta es todo un programa completo. Entrega lo que realmente sientes, las propias sensaciones en sí. No podemos sentir una enfermedad. 


Una enfermedad es un concepto abstracto mantenido en la mente. No podemos, por ejemplo, sentir “asma”. 



Es útil preguntarnos: “¿Qué estoy sintiendo realmente?” 
Simplemente observa las sensaciones físicas, como “opresión en el pecho, silbidos, tos”. 
No es posible, por ejemplo, experimentar el pensamiento de “no estoy recibiendo suficiente aire.” 
Ese es un pensamiento terrible de la mente. 
Es un concepto, todo un programa llamado “asma”. 
Lo que en realidad se experimenta es una tensión o una constricción en la garganta o en el pecho
 El mismo principio se aplica a las “úlceras”, o cualquier otro trastorno. 
No podemos sentir las “úlceras”. 




Sentimos una sensación de ardor o pinzamiento. 
La palabra “úlcera” es una etiqueta y un programa y tan pronto como utilizamos esa palabra para etiquetar nuestra experiencia, nos identificamos con todo el programa “úlcera”. Incluso la palabra “dolor” es un programa. 
En realidad, estamos sintiendo una sensación corporal específica. El proceso de auto-curación es más rápido cuando dejamos de etiquetar o dar nombre a las diferentes sensaciones físicas.
 




Lo mismo ocurre con nuestros sentimientos. En lugar de poner etiquetas y nombres a los sentimientos, podemos sentir simplemente las sensaciones y dejar la energía detrás de ellas. No es necesario etiquetar una sensación de “miedo” a fin de ser conscientes de su energía y renunciar a esa energía.