LA TRISTEZA
La tristeza se entiende y dispone de un lenguaje propio.
Además, las lágrimas actúan también como un mecanismo de defensa y desahogo, es un modo de liberar la tensión que esa emoción en particular provoca en nuestro cerebro.
A diferencia de las demás emociones, la tristeza está caracterizada por una falta de energía. En un primer momento es vivenciada como un dolor paralizante que no nos deja fuerza para actuar, sino tan sólo para llorar y así sacar el dolor. Nos deja el ánimo aplanado, casi sin expresiones ni deseos.
Es muy importante aclarar que para sentirnos tristes no necesariamente tenemos que vivir una pérdida. También podemos ponernos tristes por creencias irracionales que albergamos, como pueden ser expectativas demasiado altas, falta de esperanzas, perspectivas pesimistas, no tener un sentido o alguna pasión en la vida… Por esto es importantísimo entender que a veces el problema no es la realidad misma, sino la creencia de que las cosas deben ser distintas.
Desde pequeños nos hemos ido guardando nuestras emociones.
Cuántas veces
hemos escuchado “esto no se hace así” o “compórtate de esta manera” y
así, gota a gota, nuestro verdadero sentir se queda escondido muy al
fondo de nosotros. ¿Cómo nos puede ayudar conocer nuestras emociones?
¿Qué es la tristeza? ¿De dónde proviene y porque nos hace sentir así?
La
tristeza es una emoción universal en la especie humana, que se ha
reprimido más o menos según las culturas. Todos en algún momento dado
hemos sentido tristeza.
Por ejemplo, se ha demostrado científicamente que los japoneses contienen emociones como la tristeza, la reprimen porque culturalmente les han enseñado que mostrar la tristeza es una ofensa para los que les rodean.
Este caso,
es un claro ejemplo de ver cómo las emociones existen pero la expresión
y manifestación de las mismas es diferente según la cultura.
¿A ti esto de la tristeza te suena?
Expresar
lo que sentimos nos ayuda a sentirnos mejor. La tristeza es una emoción
que nos invita a la reflexión, al recogimiento al estar en contacto con
nosotros mismos. Normalmente nuestra sociedad, nos empuja a salir de la
tristeza rápidamente.
Frases como:
¡No estés triste! ¡No llores! ¡No pasa nada! es muy comunes, ya que no
da buena impresión, y queremos salir rápidamente de ese estado de dolor.
La
tristeza es una emoción, que nos pone en contacto con nosotros mismos a
través de una pérdida, de una separación, o de un distanciamiento.
También es posible que la tristeza aparezca cuando nuestras expectativas
no se cumplen.
Por
ejemplo, puedo sentir tristeza cuando se rompe una relación, cuando se
muere un ser querido, o cuando no me dan el trabajo que quería.
“El corazón humano pide ayuda a gritos, el alma humana nos implora ser liberada, pero no escuchamos su llanto, porque ya no somos capaces ni de oír ni de comprender”(Khalil Gibran)
¿Cómo se identifica la tristeza en nuestro cuerpo?
Nos
encogemos, podemos notar un nudo en el estómago o en la garganta. A
veces una presión en el pecho, los ojos se empiezan a llenar de
lágrimas…
¿Qué hacemos cuando aparece la tristeza?
La
tristeza como todas las emociones tiene diferentes intensidades, desde
la tristeza más pequeña, hasta una más grande. Algunas veces puede ser
que nos acerquemos a otros en busca de un poco de consuelo, para
sentirnos menos tristes, otras veces nos cerramos en nosotros mismos
para intentar manejar la tristeza desde dentro.
En
ocasiones por el contrario, la tristeza sale como una fuente que no
puede parar, sin ningún tipo de contención, como si fuera una explosión
de llanto… A veces reprimimos esa tristeza, consciente o
inconscientemente de manera que se va acumulando en el cuerpo, hasta que
un día explotamos sin “motivo alguno…”
¿Qué podemos hacer entonces para expresar nuestra tristeza de una manera sana?
Para poder
aceptar la pérdida necesitamos entrar en contacto con nosotros mismos,
es por eso que decimos que es una emoción que va para dentro.
Para poder
vivir la tristeza de una manera sana, es imprescindible permitirnos
estar tristes, e iniciar el proceso de aceptar el dolor, aceptar que
podemos experimentar y expresar la tristeza para poder procesarla, y
poder pasar a otra emoción.
“Si una
persona está triste, debe explorar la tristeza y vivenciarla
profundamente antes de que pueda asimilarla y desarrollarla. “
El reto
pues es poder reconocerla en el cuerpo, dejarla sentir, no censurarla
cuando la veo, permitir su expresión, dando espacios físicos para
compartirla, hablar de los que nos pasa, y poder estar en compañía del
otro con esta tristeza, sin intentar evadirla. Y por último, dejar que
pase, y no quedarnos bloqueados y enganchados en esta emoción.
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